I
Joan
Manuel Serrat es casi con seguridad el cantautor, compositor, poeta y
músico español más conocido en el mundo entero. Nacido en 1943 en
Barcelona, desde muy joven incursionó en el mundo de la canción,
influenciado por poetas como Antonio Machado, Miguel Hernández y
Rafael Alberti, entre muchos otros. Es uno de los intregrantes
pioneros de la Nova
Cançó,
nombre con el se conoció al movimiento artístico y musical catalán,
que en pleno franquismo, impulsó la reinvindicación del uso
corriente del idioma local. Desde 1965 Serrat tuvo la posibilidad
de grabar
varios simples y EPs
con canciones en catalán que le dieron un nombre y una muy buena
repercusión incluso fuera de Barcelona. Fruto de ese éxito en 1968
fue designado para representar a España en el Festival de Eurovision
de la Canción, que se transmitía a toda Europa. Su negativa a
último momento de cantar algo que no fuera en su idioma natal, suceso no
del todo claro y que genera controversias aún hoy, lo dejó fuera
de competencia y con una prohibición de hecho por parte del
franquismo para la difusión de su obra en toda la radio y la tv
españolas. Entre el 69 y el 70 editó tres discos en castellano —La
paloma, Dedicado a
Antonio Machado, poeta y Mi
niñez— que a pesar de las
dificultades para su difusión lo habían instalado como un músico
muy popular. Para fines de 1970 decidió alejarse un tiempo del aire
combativo de una Barcelona que le reclamaba que siguiera contando sólo en
catalán. Quería concentrarse en componer en letra y música un
puñado de canciones que siguieran puliendo esa maestría que
mostraba al contar las costumbres de un España que moría y otra que
no terminaba de nacer. Se recluyó entre agosto y noviembre de ese
año en un hotel de unos amigos en Calella de Palafrugell, en Gerona,
un pueblo pequeño de pescadores, tras lo cual había logrado componer suficiente material como grabar un nuevo disco. Nacía Mediterráneo,
su disco más famoso y el que quizás sea el más perfecto de toda la
historia de la canción en español.
II
El
sello discográfico Zafiro, que editaba a casi todos los artistas
catalanes, envió a Serrat fuera de España a grabar el disco. Los
destinos habituales eran Milán o Londres, por la calidad de los
estudios, muy superiores a los disponibles en España. Por una
cuestión de costos se eligieron los estudios Fonit-Cetra, en Milán.
En aquellas épocas la figura del productor o no existía o no tenía
tanto importancia, el director musical era el que marcaba la calidad
de los arreglos y la orquestación que acompañaba a los músicos.
Este tema era clave si se quería alcanzar una verdadera calidad en
la grabación. Un golpe de la suerte o el destino hizo que se
eligieran a los dos más talentosos de toda España e Italia: Juan
Carlos Calderón y Gian Piero Reverberi, dos leyendas de la
orquestación en la música popular. La contribución de ambos en la
grabación de este disco sería fundamental. Serrat tenía una
estructura muy básica en las canciones compuestas, el aporte de
Calderón, sobre todo, sería decisivo para lograr el sonido final.
El disco se grabó íntegro en menos de una semana, tal cual se
acostumbraba en la época, y su publicación a comienzos de 1971 fue
un verdadero suceso. A pesar de que al disco no lo recorría un
concepto único, las letras y melodías rozaban la perfección y le
daban un identidad definida. El comienzo con el tema que le daba
nombre al disco es imbatible: Mediterráneo
es considerada casi en forma unánime como la mejor canción escrita
jamás en idioma español y aún hoy, casi 50 años después,
emociona escucharla y cantarla en cualquier versión de su autor o de
todos aquellos que han intentado homenajearla.
III
Con
28 años cumplidos, Joan Manuel Serrat era un cantautor consumado, a
la altura de los más grandes songwriters del mundo, con Bob Dylan a
la cabeza, pero también con puntos de contacto con el primer Paul
McCartney pos Beatles. Daba en el blanco con nueve temas de
confección casi perfecta, todos de su autoría, con la excepción
del tema que cerraba el disco, Vencidos,
que tenía como letra un poema de León Felipe. El resto es un
sucesión notable de bellas canciones: Aquellas pequeñas
cosas, La mujer que yo quiero, Pueblo blanco, Tío Alberto, Que va a
ser de tí, Lucía, Vagabundear, Barquito de papel.
Imposible resistirse al embrujo de un disco casi perfecto.
El éxito de Mediterráneo fue arrollador. A pesar las dificultades en la difusión fue número uno en ventas en toda España por largos meses y se mantuvo entre los diez más vendidos por mucho tiempo. En América Latina el disco fue también fue un suceso y la figura de Serrat creció a niveles de popularidad únicos, sobre todo en Argentina, Chile y Uruguay, en donde aún hoy en día es una figura indiscutible. El arte de tapa de álbum quizás sea la cosa más fea del disco: sobre un imagen borrosa del mar se yuxtapone una fotografía del propio Serrat. El resultado no es el mejor, pero el detalle casi que ha sido borrado, la excelencia de sus canciones nos ha hecho encariñar con la tapa y ya no le reconocemos defectos. Mediterráneo es un disco de autor perfecto, en letra y música, eterno y siempre vigente, emocionante cada vez que se lo escuche. Cualquier muchacho en cualquier parte del mundo que haya empuñado una guitarra para componer y cantar ha soñado con hacer un disco así. Sólo Serrat, y no se cuantos más, han podido lograrlo.
El éxito de Mediterráneo fue arrollador. A pesar las dificultades en la difusión fue número uno en ventas en toda España por largos meses y se mantuvo entre los diez más vendidos por mucho tiempo. En América Latina el disco fue también fue un suceso y la figura de Serrat creció a niveles de popularidad únicos, sobre todo en Argentina, Chile y Uruguay, en donde aún hoy en día es una figura indiscutible. El arte de tapa de álbum quizás sea la cosa más fea del disco: sobre un imagen borrosa del mar se yuxtapone una fotografía del propio Serrat. El resultado no es el mejor, pero el detalle casi que ha sido borrado, la excelencia de sus canciones nos ha hecho encariñar con la tapa y ya no le reconocemos defectos. Mediterráneo es un disco de autor perfecto, en letra y música, eterno y siempre vigente, emocionante cada vez que se lo escuche. Cualquier muchacho en cualquier parte del mundo que haya empuñado una guitarra para componer y cantar ha soñado con hacer un disco así. Sólo Serrat, y no se cuantos más, han podido lograrlo.
2 comentarios:
Una verdadera joya Mediterráneo.
Crecí escuchando al Serrat.
Ya ando por los sesenta y me sigue emocionado.
Muy bueno tu blog.
Gracias por tu lectura. Espero puedas y quieras seguir visitándolo. Saludos.
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