“Me gustaría que el fin del
mundo, si llega, me encuentre en una sala de cine. Me agrada que me
cuenten historias”.
Adolfo
Bioy Casares
La relación de Bioy con el cine es una
de las más fructíferas que haya tenido un escritor argentino con el
séptimo arte. Sus relatos siempre han tenido un encanto para
directores locales y de distintas partes del mundo. El autor de La
invención de Morel era un gran cinéfilo y una amante de la
fotografía, afición que lo acompañó a lo largo de toda su vida.
Recorremos en estas líneas las producciones argentinas más
destacadas dedicadas o inspiradas en su obra.
El crimen de Oribe (1950)
Esta película es la primera adaptación
cinematográfica de una texto de Bioy Casares. Se trata del relato El
perjurio de la nieve, publicado primero como novela corta e
incluido más tarde en La trama celeste (1948) su primera
colección de cuentos. La realización estuvo a cargo de Leopoldo
Torre Ríos (padre) y Leopoldo Torre Nilsson (hijo). La acción
transcurre en un paraje de la Patagonia. Hasta ahí llega el
periodista Villafañe (Roberto Escalada) en una pensión en donde se
hospeda también el poeta Oribe (Carlos Thompson). Ambos se
obsesionan con un hombre llamado Vermehren (Raúl De Lange) que vive
encerrado en una mansión junto a sus hijas y que tiene la
extravagante rutina de todos los días repetir la celebración de la
Navidad. Luego de una investigación, logran saber que el motivo de
la repetición de este ritual es detener el tiempo y evitar la muerte
de una de las hijas de Vermehren. El estilo de la película es de
mucha sobriedad, pero deslumbra la actuación de Raúl De Lange que
no actuaba demasiado en cine. Torre Nilsson era admirador de las
ficciones de Bioy y no sería la última vez que lo llevaría a la
pantalla.
Puede verse aquí.
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Invasión (1969)
Un aporte directo a la cinematografía
por parte de Bioy es el argumento de esta película, ópera prima de
Hugo Santiago, y que realizara junto a Jorge Luis Borges. Durante
años fue inhallable una buena copia y el prestigio que le daba la
dupla de autores la transformó en un mito. Se trata de un relato de
ciencia ficción que se desarrolla en una ciudad llamada Aquilea, en
la que puede reconocerse sin dudas a Buenos Aires. Un grupo de
ciudadanos comunes se resisten a una invasión extraterrestre o
extranjera. El relato fantástico muestra claras referencias
políticas en una acción que transcurre en lugares porteños muy
reconocibles (bares, plazas, calles) con la música de la ciudad como
fondo. Olga Zubarry y Lautaro Murúa, entre otros, forman parte del
elenco. Estrenada en 1969, el guión definitivo fue escrito por
Borges y el director, sin mucha repercusión de público y crítica,
aunque fue muy bien recibida en el Festival de Cannes. En el año
2008 se digitalizó una copia de muy buena calidad que se pudo
exhibir en el Malba.
Puede verse aquí.
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La guerra del cerdo (1975)
Publicada en 1968, Diario de la
guerra del cerdo fue un éxito editorial en Argentina y en varios
países europeos. Leopoldo Torre Nilsson se propuso llevarla al cine
encargándole el guión a la escritora Beatriz Guido. El personaje
central es Isidro Galván (interpretado por José Slavin), un hombre
mayor que vive junto a su hijo en una pensión. El muchacho forma
parte de una organización juvenil que se dedica a a atacar ancianos,
incluso ocasionándoles la muerte, culpándolos del retraso de la
sociedad. El protagonista tiene una historia de amor con una mujer
mucho más joven, mostrando como se mueve entre el miedo a ser
atacado y morir y el orgullo de ser amado. La película está
ambientada en los años 60, con música del Gato Barbieri como fondo.
Algunos ven en la película una queja o denuncia contra la rebeldía
de la juventud de esa época, mostrando la trama como un
enfrentamiento entre generaciones. Tuvo un relativo éxito y quizás
no haya envejecido muy bien.
Puede verse aquí.
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Otra esperanza (1985)
Rodada entre 1984 y 1985, Otra
esperanza recién pudo estrenarse en 1996, en el Complejo Tita
Merello, debido a las tortuosas dificultades finacieras y de
distribución que debió enfrentar su directora, le debutante
Mercedes Frutos. El guión está inspirado en el cuento homónimo de
Bioy incluido en El héroe de las mujeres (1978). Un grupo de
operarios de una fábrica desaparece misteriosamente. El enigma se
resuelve rápido: los cuerpos desaparecidos son utilizados por la
patronal para extraerle la energía que hará funcionar las
instalaciones. El cuento original transcurría en un sanatorio,
trasladar la acción a una fábrica le da a la película un mirada
social y política. Un grupo de obreros liderado por el personaje
personificado por Pepe Soriano, intentará desarmar la criminal
empresa. Es una de las tantas películas locales en que los problemas
de distribución hacen desaparecer en el olvido.
El sueño de los héroes (1997)
Esta extraordinaria novela de Bioy,
publicada en 1954, había sido por años una obsesión del director
Sergio Renán. Incluso hasta tuvo la fantasía de trasladar el
argumento a una ópera. Finalmente, decudió llevarla al cine en un
ambicioso proyecto que tuvo una gran producción y un notable elenco.
La película, ambientada hacia fines de los años 20, cuenta la
historia de Emilio Gauna (Germán Palacios), que luego de ganar una
gran suma en las carreras invita a sus amigos a pasar tres días y
tres noches de carnaval perdidos en situciones violentas y alcohol.
Gauna despierta tras la aventura con un recuerdo borroso que no puede
desentrañar. Tres años después, intenta repetir con los mismos
amigos los tres días de juerga, para ver si puede descubrir qué fue
lo que pasó. La ambientación de época fue de gran factura y la
película tuvo muy buena repercusión de público, aunque recibió
críticas por descuidar la compleja trama psicológica de sus
personajes. Lito Cruz y Soledad Villamil cumplen notables
actuaciones. El mismo Bioy halagó la película y le dió su
bendición al director.
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Dormir al sol (2010)
Publicada en 1973, Dormir al sol
es un novela inquietante que oscila entre la ciencia ficción y la
psicología de los personajes, con dosis de humor y costumbrismo. El
director Ajelandro Chomski, convoca a una gran elenco y rueda en San
Luis financiado por el gobierno provincial. El relojero Lucio
Bordenave (Luis Machín) está casado con Diana (Esther Goris), una
mujer que asegura poder hablar con los perros. Presionado por su
cuñada (Florencia Peña) y un extraño médico, decide internarla en
un neuropsiquiátrico y comienza a dudar de que todo lo que esté
pasando a su alrededor sea normal. El mundo misterioso propuesto por
Bioy es muy bien captado por Chomski, que incluso usa algunas escenas
novedosas, como la cámara que sigue los movimientos del perro en la escena inicial. Se estrenó en marzo de 2012 y como tantas películas,
al no alcanzar un mínimo de espectadores la primer semana de
exhibición, fue levantada de cartel.
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Los que aman, odian (2017)
Basada en la novela policial coescrita
por Bioy junto a su mujer Silvina Ocampo, Los que aman, odian
fue filmada por el director Alejandro Maci íntegramente en Pinamar.
En un viejo hotel perdido en una playa desierta, en los años 40, el
médico homeópata Enrique Hubermann (Guillermo Franchella) se
refugia para pasar un días huyendo de un amor. Por pura casualidad
se encuentra también en el hotel la mujer que quiere olvidar, la
bellísima Mary Fraga (Luisana Lopilato), quien provoca pasiones
manipulando a todos los hombres que se le cruzan. Se desata una
terrible tormenta de arena, que los encierra a todos en el hotel,
cuando la protagonista aparece muerta. A partir de ahí el odio de
los que antes amaban despetara las más oscuras pasiones. Con gran
calidad técnica y una gran fotografía, la película tuvo una buena
recepción, apoyada en la popularidad de sus actores protagonistas,
en donde también se destaca una extraordinaria colaboración de la
gran Marilú Marini.
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