viernes, 19 de junio de 2020

Bioy y el cine: una película de amor


Me gustaría que el fin del mundo, si llega, me encuentre en una sala de cine. Me agrada que me cuenten historias”. 
Adolfo Bioy Casares

La relación de Bioy con el cine es una de las más fructíferas que haya tenido un escritor argentino con el séptimo arte. Sus relatos siempre han tenido un encanto para directores locales y de distintas partes del mundo. El autor de La invención de Morel era un gran cinéfilo y una amante de la fotografía, afición que lo acompañó a lo largo de toda su vida. Recorremos en estas líneas las producciones argentinas más destacadas dedicadas o inspiradas en su obra.

El crimen de Oribe (1950)

Esta película es la primera adaptación cinematográfica de una texto de Bioy Casares. Se trata del relato El perjurio de la nieve, publicado primero como novela corta e incluido más tarde en La trama celeste (1948) su primera colección de cuentos. La realización estuvo a cargo de Leopoldo Torre Ríos (padre) y Leopoldo Torre Nilsson (hijo). La acción transcurre en un paraje de la Patagonia. Hasta ahí llega el periodista Villafañe (Roberto Escalada) en una pensión en donde se hospeda también el poeta Oribe (Carlos Thompson). Ambos se obsesionan con un hombre llamado Vermehren (Raúl De Lange) que vive encerrado en una mansión junto a sus hijas y que tiene la extravagante rutina de todos los días repetir la celebración de la Navidad. Luego de una investigación, logran saber que el motivo de la repetición de este ritual es detener el tiempo y evitar la muerte de una de las hijas de Vermehren. El estilo de la película es de mucha sobriedad, pero deslumbra la actuación de Raúl De Lange que no actuaba demasiado en cine. Torre Nilsson era admirador de las ficciones de Bioy y no sería la última vez que lo llevaría a la pantalla.
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Invasión (1969)

Un aporte directo a la cinematografía por parte de Bioy es el argumento de esta película, ópera prima de Hugo Santiago, y que realizara junto a Jorge Luis Borges. Durante años fue inhallable una buena copia y el prestigio que le daba la dupla de autores la transformó en un mito. Se trata de un relato de ciencia ficción que se desarrolla en una ciudad llamada Aquilea, en la que puede reconocerse sin dudas a Buenos Aires. Un grupo de ciudadanos comunes se resisten a una invasión extraterrestre o extranjera. El relato fantástico muestra claras referencias políticas en una acción que transcurre en lugares porteños muy reconocibles (bares, plazas, calles) con la música de la ciudad como fondo. Olga Zubarry y Lautaro Murúa, entre otros, forman parte del elenco. Estrenada en 1969, el guión definitivo fue escrito por Borges y el director, sin mucha repercusión de público y crítica, aunque fue muy bien recibida en el Festival de Cannes. En el año 2008 se digitalizó una copia de muy buena calidad que se pudo exhibir en el Malba.
Puede verse aquí.

La guerra del cerdo (1975)

Publicada en 1968, Diario de la guerra del cerdo fue un éxito editorial en Argentina y en varios países europeos. Leopoldo Torre Nilsson se propuso llevarla al cine encargándole el guión a la escritora Beatriz Guido. El personaje central es Isidro Galván (interpretado por José Slavin), un hombre mayor que vive junto a su hijo en una pensión. El muchacho forma parte de una organización juvenil que se dedica a a atacar ancianos, incluso ocasionándoles la muerte, culpándolos del retraso de la sociedad. El protagonista tiene una historia de amor con una mujer mucho más joven, mostrando como se mueve entre el miedo a ser atacado y morir y el orgullo de ser amado. La película está ambientada en los años 60, con música del Gato Barbieri como fondo. Algunos ven en la película una queja o denuncia contra la rebeldía de la juventud de esa época, mostrando la trama como un enfrentamiento entre generaciones. Tuvo un relativo éxito y quizás no haya envejecido muy bien.
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Otra esperanza (1985)

Rodada entre 1984 y 1985, Otra esperanza recién pudo estrenarse en 1996, en el Complejo Tita Merello, debido a las tortuosas dificultades finacieras y de distribución que debió enfrentar su directora, le debutante Mercedes Frutos. El guión está inspirado en el cuento homónimo de Bioy incluido en El héroe de las mujeres (1978). Un grupo de operarios de una fábrica desaparece misteriosamente. El enigma se resuelve rápido: los cuerpos desaparecidos son utilizados por la patronal para extraerle la energía que hará funcionar las instalaciones. El cuento original transcurría en un sanatorio, trasladar la acción a una fábrica le da a la película un mirada social y política. Un grupo de obreros liderado por el personaje personificado por Pepe Soriano, intentará desarmar la criminal empresa. Es una de las tantas películas locales en que los problemas de distribución hacen desaparecer en el olvido.

El sueño de los héroes (1997)

Esta extraordinaria novela de Bioy, publicada en 1954, había sido por años una obsesión del director Sergio Renán. Incluso hasta tuvo la fantasía de trasladar el argumento a una ópera. Finalmente, decudió llevarla al cine en un ambicioso proyecto que tuvo una gran producción y un notable elenco. La película, ambientada hacia fines de los años 20, cuenta la historia de Emilio Gauna (Germán Palacios), que luego de ganar una gran suma en las carreras invita a sus amigos a pasar tres días y tres noches de carnaval perdidos en situciones violentas y alcohol. Gauna despierta tras la aventura con un recuerdo borroso que no puede desentrañar. Tres años después, intenta repetir con los mismos amigos los tres días de juerga, para ver si puede descubrir qué fue lo que pasó. La ambientación de época fue de gran factura y la película tuvo muy buena repercusión de público, aunque recibió críticas por descuidar la compleja trama psicológica de sus personajes. Lito Cruz y Soledad Villamil cumplen notables actuaciones. El mismo Bioy halagó la película y le dió su bendición al director.
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Dormir al sol (2010)

Publicada en 1973, Dormir al sol es un novela inquietante que oscila entre la ciencia ficción y la psicología de los personajes, con dosis de humor y costumbrismo. El director Ajelandro Chomski, convoca a una gran elenco y rueda en San Luis financiado por el gobierno provincial. El relojero Lucio Bordenave (Luis Machín) está casado con Diana (Esther Goris), una mujer que asegura poder hablar con los perros. Presionado por su cuñada (Florencia Peña) y un extraño médico, decide internarla en un neuropsiquiátrico y comienza a dudar de que todo lo que esté pasando a su alrededor sea normal. El mundo misterioso propuesto por Bioy es muy bien captado por Chomski, que incluso usa algunas escenas novedosas, como la cámara que sigue los movimientos del perro en la escena inicial. Se estrenó en marzo de 2012 y como tantas películas, al no alcanzar un mínimo de espectadores la primer semana de exhibición, fue levantada de cartel.
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Los que aman, odian (2017)

Basada en la novela policial coescrita por Bioy junto a su mujer Silvina Ocampo, Los que aman, odian fue filmada por el director Alejandro Maci íntegramente en Pinamar. En un viejo hotel perdido en una playa desierta, en los años 40, el médico homeópata Enrique Hubermann (Guillermo Franchella) se refugia para pasar un días huyendo de un amor. Por pura casualidad se encuentra también en el hotel la mujer que quiere olvidar, la bellísima Mary Fraga (Luisana Lopilato), quien provoca pasiones manipulando a todos los hombres que se le cruzan. Se desata una terrible tormenta de arena, que los encierra a todos en el hotel, cuando la protagonista aparece muerta. A partir de ahí el odio de los que antes amaban despetara las más oscuras pasiones. Con gran calidad técnica y una gran fotografía, la película tuvo una buena recepción, apoyada en la popularidad de sus actores protagonistas, en donde también se destaca una extraordinaria colaboración de la gran Marilú Marini.
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