viernes, 15 de mayo de 2020

Vinilo XXIII - So - Peter Gabriel (1986)



I

Desde que anunciara, en los primeros meses de 1975, que su etapa como frontman de Genesis, vaca sagrada del rock progresivo, estaba terminada, Peter Gabriel comenzó a construir una carrera solista que le daría un prestigio inmenso en la crítica y el público. Si había alguien dentro de la industria musical del rock que podía ostentar con autoridad el rótulo de artista era él. Había editado cuatro álbumes en donde había consolidada un estilo muy particular, en donde su extraordinaria capacidad interpretativa y el riesgo artístico se combinaban de manera casi perfecta. En lo que significaba una verdadera rareza, sus discos no tenían nombre, se los identificaba por la portada, aunque con el tiempo todos recibieron como seña una palabra para distinguirlos. Car (1977), Scratch (1978), Melt (1980) y Security (1982) habían cimentado un prestigio firme y sólido. Pero mientras Genesis se iba convirtiendo como banda en un fenómeno masivo, los discos de Gabriel tenían un público fiel pero no lograban el éxito mundial y extendido que su talento insinuaba. Después de tomarse un tiempo de experimentación y análisis, Peter Gabriel decidió simplificar un poco sus composiciones, orientó su música hacia un cierto tipo de pop sofisticado y armó un equipo de trabajo que era un verdadero seleccionado de músicos y cantantes sensacionales.

II

Peter Gabriel había decidido que su quinto álbum tampoco iba a llevar nombre, pero esta vez, la compañía grabadora no estuvo tan de acuerdo, había invertido mucho dinero en la producción. Ponerle un título al disco era una parte esencial de la estrategia de difusión. El músico peleó todo lo que pudo por mantener su postura, pero finalmente, decidió titularlo con una lacónico So y puso en la tapa su rostro en forma límpida, a contrapelo del trabajado arte de tapa que tenían sus discos anteriores. Desde la tapa misma, todo indicaba un cambio de rumbo. La edición del disco en mayo de 1986 transformaría la imagen de Gabriel en una estrella mundial.
Coproducido junto a Daniel Lanois, que venía de trabajar con Brian Eno y U2, entre otros, So tenía un sonido límpido y novedoso. La banda era insuperable: David Rhodes (guitarras), Tony Levin (bajo), Manu Katché (batería), más otro puñado de colaborares de lujo, le dieron a los temas del disco un lustre que marcaría una época. El comienzo con Red Rain, con un gran sonido ochentoso lleno de teclados, nos marca por dónde estaba yendo la cosa. La voz de Gabriel suena espectacular, rugosa y perfecta. El track dos es nada más y nada menos que Sledgehammer, mega hit que se convirtió en número uno en casi en todo el mundo. Su impresionante video, realizado con la técnica del stop motion, fue multipremiado y su altísima rotación en la cadena MTV es uno de los motivos del gran éxito que tuvo el tema.


La emotiva Don't give up, a dúo con la extraordinaria cantante Kate Bush, es otro gran punto alto del disco, una balada que es casi un diálogo de una pareja en dónde una parte sostiene el declive de la otra. That Voice Again, con el gran Steward Copeland en la batería, cierra el lado A.
En Mercy Street, una bello tema repleto de clima y sugestión, logra uno de sus mejores composiciones. Big Time, otro tema funky y bailable, muestra la banda sonando en forma increíble y el artista vuelve a impresionar con un video de difusión de impecable factura. Después de llegar a estas cimas, el disco muestra algo de experimentación sonora con We do what we'retold y This is the picture, este último con la trascendente colaboración de la artista norteamericana Laurie Anderson. El cierre es con la bella y exitosa In your eyes, cantada con la colaboración del senegalés Youssou N´Dour. El disco era una bomba de sonido e imagen con altísima rotación en radio y televisión. Peter Gabriel vivía por fin el momento de convertirse en una megaestrella.

III



A caballo de este éxito inédito, el ex Genesis emprende una gira mundial de largo alcance. Como lo hacía desde principios de los setenta, el concierto era un espectáculo integral en donde podía desplegar sus dotes histriónicas de gran intérprete. Con dirección de Michael Chapman y producción del gran Martin Scorsese, filma con un gran despliegue una presentación de la gira en Atenas. En 1989 sería presentado con el nombre de P.O.V. (Point of view) material de esa filmación, intercalado con imágenes inéditas del backstage y fragmentos documentales alusivos a las temáticas de las canciones. Es una muestra generosa de cómo el arte de Peter Gabriel abarcaba mucho más que un puñado de canciones perfectamente grabadas y ejecutadas. Músico transgresor, innovador, profundo, nos dejaba en So un perfecto documento de su búsqueda inquieta de nuevas sonoridades. Referente de la llamada world music y su inserción en los géneros occidentales, su figura lograba con este gran disco reunir un prestigio y una fama que no lo abandonarían más.

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