I
La edición de Duke
(1980) había significado para Genesis una despedida a todo trapo de
los gloriosos años 70. Acorralada por los nuevos géneros musicales
en boga —la new wave, el punk y la música disco, entre otros—,
la banda había emprendido un lento pero decidido viraje hacia
composiciones más simples y despojadas, acercándose a un público
más masivo. El simple Follow You Follow Me (1978), una bella
y simple balada pop, les dió su primer éxito radiable y la llegada
a un público más amplio y no tan exclusivo. En Duke decidieron
continuar ese camino con gran resultado; Genesis estaba en las
puertas de alcanzar el status de banda masiva. Encarar la nueva época
significaba tirar varios supuestos abajo y reinventarse como banda.
Phil Collins, que tenía recién editado su primer disco solista Face
Value con un éxito inusitado, estaba muy entusiasmado con la
producción de Hugh Padgham, a quien había conocido grabando en el
tercer disco solista de Peter Gabriel. En ese disco habían trabajado
un nuevo sonido para la batería que lo había enamorado y al que
estaba dispuesto a seguir desarrollando. Reunido otra vez con Tony
Banks y Mike Rutherford para grabar un nuevo disco, recomendó
fervorosamente a Padgham como productor para la grabación. Tony
Banks no dudaría en decir que lo logrado en el estudio significó
una “verdadera patada en el culo” para el sonido de la banda. Los
80, a partir de este cambio artístico, esperarían a Genesis con los
brazos abiertos y dispuestos a convertirlos en una banda de estadios.
II
El trío Collins –
Banks – Rutherford había adquirido una granja en las afueras de
Londres, a la que llamaron The Farm, para transformarla primero en
una sala de ensayos y, más tarde, en un estudio de grabación.
Invirtieron tanto dinero en equipos que finalmente comprendieron que
no haría falta trasladarse a ningún estudio ya instalado. A partir
de entonces, cada nuevo disco de Genesis sería compuesto y grabado
en ese lugar. El nuevo sonido de la batería de Phil Collins –sonido
que sería el dominante durante toda la década— se transformaría
en la base de toda la composición. Resonando en un amplio espacio
sonoro, el golpe de la batería lo dominaba casi todo, y sobre él se
apoyaban las bellas melodías de los teclados de Banks y la voz cada
vez más potente y firme del cantante. Sumado a eso, la banda había
empezado a experimentar con computadoras y cajas rítmicas que habían
adquirido en su última gira por Japón. Sin ideas preconcebidas,
improvisando música y letras en el estudio, el nuevo disco
significaría un cambio de rumbo rotundo. El uso de la nueva
tecnología se notaba claramente en composiciones como Me and
Sarah Jane (único tema en donde Banks se permite meter algunas
florituras con sus teclados), Man on the corner (con una
máquina de ritmos como base), No reply at all (con la
impensada colaboración de la sección de vientos de Earth, Wind &
Fire) y Keep it dark (con una sonido impactante). En la
imponente Dodo se producía una rara mezcla del nuevo sonido y
el viejo sinfonismo y en Abacab, tema que le daría nombre al
disco, Genesis ponía toda la carne en la parrilla en un tema
potente, con una letra abstracta y una prolongada jam final.
Dos bellos temas cerraban el disco, Like it or not y Anoter
Record. Para septiembre de 1981 Abacab llegaba a las
bateas. Genesis batía sus propios récords y el disco se convertía
en su álbum más vendido a ese momento.
III
Si el sonido era
mucho más potente y puro y algunas de las letras se ponían
abstractas, el arte de tapa también mostraba un cambio profundo en
la estética; Sobre un fondo blanco se dibujaban unas pinceladas en
tres colores. Hubo varias ediciones y esos tres colores fueron
variando, por lo que se produjeron algunas discusiones sobre cuales eran los colores correctos. No los había,
los colores iban variando de acuerdo al lugar de edición. El sobre
interno mostraba al trío en una fotografía granulada en tonos sepia
sin ningún texto adicional. Programaron una gira mundial de gran
éxito, la concurrecia promedio a los shows no bajaba de los 50.000
espectadores. La teatralidad y el dramatismo característicos de la
banda se potenciaban con la innovación de los VarieLites, el sistema
de iluminación que permitía el movimiento de las luces y el cambio
de color en forma automatizada. Genesis fue la primera banda en
presentar este sistema que cambiaría para siempre a los conciertos a
gran escala. El éxito fue tan grande que los obligó a editar el año
siguiente un disco en vivo, Three Sides Live (1982), en donde
además de un registro de la gira se presentaban algunos temas
descartados de discos anteriores. Con una verdadera demostración de
fuerza y adaptación, Genesis ingresaba a los 80 renovado y dispuesto
a seguir dando pelea. Tendría otras oportunidades de seguir
escalando más alto.
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