martes, 2 de junio de 2020

Vinilo XXV - Abacab - Genesis (1981)



I

La edición de Duke (1980) había significado para Genesis una despedida a todo trapo de los gloriosos años 70. Acorralada por los nuevos géneros musicales en boga —la new wave, el punk y la música disco, entre otros—, la banda había emprendido un lento pero decidido viraje hacia composiciones más simples y despojadas, acercándose a un público más masivo. El simple Follow You Follow Me (1978), una bella y simple balada pop, les dió su primer éxito radiable y la llegada a un público más amplio y no tan exclusivo. En Duke decidieron continuar ese camino con gran resultado; Genesis estaba en las puertas de alcanzar el status de banda masiva. Encarar la nueva época significaba tirar varios supuestos abajo y reinventarse como banda. Phil Collins, que tenía recién editado su primer disco solista Face Value con un éxito inusitado, estaba muy entusiasmado con la producción de Hugh Padgham, a quien había conocido grabando en el tercer disco solista de Peter Gabriel. En ese disco habían trabajado un nuevo sonido para la batería que lo había enamorado y al que estaba dispuesto a seguir desarrollando. Reunido otra vez con Tony Banks y Mike Rutherford para grabar un nuevo disco, recomendó fervorosamente a Padgham como productor para la grabación. Tony Banks no dudaría en decir que lo logrado en el estudio significó una “verdadera patada en el culo” para el sonido de la banda. Los 80, a partir de este cambio artístico, esperarían a Genesis con los brazos abiertos y dispuestos a convertirlos en una banda de estadios.

II

El trío Collins – Banks – Rutherford había adquirido una granja en las afueras de Londres, a la que llamaron The Farm, para transformarla primero en una sala de ensayos y, más tarde, en un estudio de grabación. Invirtieron tanto dinero en equipos que finalmente comprendieron que no haría falta trasladarse a ningún estudio ya instalado. A partir de entonces, cada nuevo disco de Genesis sería compuesto y grabado en ese lugar. El nuevo sonido de la batería de Phil Collins –sonido que sería el dominante durante toda la década— se transformaría en la base de toda la composición. Resonando en un amplio espacio sonoro, el golpe de la batería lo dominaba casi todo, y sobre él se apoyaban las bellas melodías de los teclados de Banks y la voz cada vez más potente y firme del cantante. Sumado a eso, la banda había empezado a experimentar con computadoras y cajas rítmicas que habían adquirido en su última gira por Japón. Sin ideas preconcebidas, improvisando música y letras en el estudio, el nuevo disco significaría un cambio de rumbo rotundo. El uso de la nueva tecnología se notaba claramente en composiciones como Me and Sarah Jane (único tema en donde Banks se permite meter algunas florituras con sus teclados), Man on the corner (con una máquina de ritmos como base), No reply at all (con la impensada colaboración de la sección de vientos de Earth, Wind & Fire) y Keep it dark (con una sonido impactante). En la imponente Dodo se producía una rara mezcla del nuevo sonido y el viejo sinfonismo y en Abacab, tema que le daría nombre al disco, Genesis ponía toda la carne en la parrilla en un tema potente, con una letra abstracta y una prolongada jam final. Dos bellos temas cerraban el disco, Like it or not y Anoter Record. Para septiembre de 1981 Abacab llegaba a las bateas. Genesis batía sus propios récords y el disco se convertía en su álbum más vendido a ese momento.

III

Si el sonido era mucho más potente y puro y algunas de las letras se ponían abstractas, el arte de tapa también mostraba un cambio profundo en la estética; Sobre un fondo blanco se dibujaban unas pinceladas en tres colores. Hubo varias ediciones y esos tres colores fueron variando, por lo que se produjeron algunas discusiones sobre cuales eran los colores correctos. No los había, los colores iban variando de acuerdo al lugar de edición. El sobre interno mostraba al trío en una fotografía granulada en tonos sepia sin ningún texto adicional. Programaron una gira mundial de gran éxito, la concurrecia promedio a los shows no bajaba de los 50.000 espectadores. La teatralidad y el dramatismo característicos de la banda se potenciaban con la innovación de los VarieLites, el sistema de iluminación que permitía el movimiento de las luces y el cambio de color en forma automatizada. Genesis fue la primera banda en presentar este sistema que cambiaría para siempre a los conciertos a gran escala. El éxito fue tan grande que los obligó a editar el año siguiente un disco en vivo, Three Sides Live (1982), en donde además de un registro de la gira se presentaban algunos temas descartados de discos anteriores. Con una verdadera demostración de fuerza y adaptación, Genesis ingresaba a los 80 renovado y dispuesto a seguir dando pelea. Tendría otras oportunidades de seguir escalando más alto.


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