De las múltiples grabaciones
históricas del rock de todos los tiempos se pueden rescatar, entre
otras, la participación de dos extraordinarias cantantes que
contribuyeron a dejar en la leyenda a dos temas inmortales. Esta es
la historia detras de las voces femeninas en The Great Gig in the
Sky (del álbum The Dark Side of the moon, Pink Floyd,
1973) y Gimme Shelter (de álbum Let it Bleed, The
Rolling Stones, 1969).
Clare Torry: La gran voz en el cielo
Recluidos en Abbey Road para la
grabación de un álbum muy trabajado de tono conceptual, Pink Floyd
creía tener en las manos la concreción de un proyecto soñado. Un
disco de tintes épicos en medio de una gran experimentación sonora,
en donde Roger Waters ya demostraba querer tomar el control total de
la banda. Los tópicos que se proponían tocar en cada tema eran de
un existencialismo brutal: la alineación, el dinero, el tiempo, el
consumo, la locura. Y la muerte.
En el medio de la elaboración
artesanal de cada tema y cada sonido, el tecladista Rick Wright venía
trabajando en una muy sencilla pero emotiva sucesión de acordes que
en un principio iba a contener numerosos pasajes hablados. Los textos
elegidos tenían relación con temas bíblicos, pero el resultado no
los terminaba de convencer. Al ingeniero de grabación Alan Parsons (que posteriormente tendría una gran carrera musical) se le ocurrió
la idea de agregar una voz femenina sobre la pista. Recordó una
chica con la que había trabajado hacía un tiempo, llamada Clare
Torry, que formaba parte del staff de coristas contratadas por EMI
para las grabaciones de sus artistas. Dueña de un gran caudal vocal,
se dedicaba a la interpretación de covers y a su trabajo por encargo
en la discográfica. El domingo 21 de Enero de ese 1973 fue citada
por el mismo Parsons para que se presentara en el estudio 3 de Abbey
Road para grabar un coro para Pink Floyd. Como si se tratara de una
oficinista, Clare se presentó en punto en el estudio y pidió que le
pagaran doble por grabar un domingo, en vez de las 15 libras
acostumbradas quería cobrar 30. Tras calentar un poco la voz recibió
las indicaciones antes de grabar. Le hicieron escuchar los acordes
escritos y tocados por Wright y le pidieron que improvisara un canto
la pista grabada. Debía pensar en la muerte, una muerte que se
hiciera carne como algo personal. En primera instancia la cantante
comenzó a balbucear algunas palabras, pero inmediatemente la
corrigieron, querían que su canto sonara como un instrumento más,
como si fuera una guitarra, que dejara de pensar como una vocalista.
La cantante improvisó un canto desgarrado que iba in crescendo
y que dejó a todos pasmados en el estudio. Hizo tres tomas, preguntó
si les había gustado, tomó sus cosas y se fue. No había quedado
muy conforme y se dijo para sí que seguramente el tema quedaría
descartado. Roger Waters sugirió el nombre de The Great Gig in
the Sky, que fue el que
finalmente quedó.
Editado en marzo de ese mismo año, The
Dark Side of the Moon fue un éxito inmediato y se transformó
con el paso de los años en un clásico atemporal que vendió y sigue
vendiendo millones de copias en todo el mundo. El nombre de la
cantante ni siquiera figuraba en los créditos. Clare Torry no tomó
conciencia de la relevancia de su grabación hasta años después. Su
increíble improvisación erizaba la piel en cada escucha. Además el
tema era utilizado en múltiples ocasiones para los más variados
motivos o situaciones: reediciones, compilados, películas,
comerciales, etc. Nunca vio una sola moneda por esa grabación
inmortal. En 2004 se decidió a hacerle un juicio a Pink Floyd por la
coautoría del tema, teniendo en cuenta que toda su participación
fue de su exclusiva inventiva y forma parte indisoluble de la obra.
Llegó a un arreglo extrajudicial que incluyó una compensación
económica y la inclusión de su nombre como coautora en futuras
reediciones. A lo largo de los años siguió trabajando como cantante
de sesión en numeras grabaciones. Entre ellas pueden citarse los
temas Don't Hold Back (The Alan Parsons Proyect, 1979), The
war song (Culture Club, 1984) y Yellowstone Park
(Tangerine Dream, 1985), entre muchos otros.
Merry Clayton: A un tiro de distancia
El año 1969 fue un año muy
convulsionado para The Rolling Stones. Al enrarecido ambiente social
(Guerra de Vietnam, protestas sociales, cambios culturales) se le
sumaba la precaria estabilidad emocional de unos de sus fundadores,
el guitarrista Brian Jones, que apenas podía mantenerse en pie
abrumado por el consumo de drogas. A partir de febrero de ese año se
dispusieron a grabar su octavo disco de estudio, pero las constantes
ausencias del guitarrista y la búsqueda de un sonido más crudo y
sucio hizo que el trabajo se extendiera hasta noviembre. En el medio
Brian Jones, que tocó en apenas dos temas, sería reemplazo por Mick
Taylor. Meses después el conflictuado guitarrista y miembro fundador
de la banda aparecería muerto por sobredosis.
Jagger y Richards tenían
una potente composición para el disco, Gimme Shelter, un
descarnado tema en donde se hablaba de guerra, asesinato y violación,
con los horrores de Vietman de fondo. El tema se grabó entre febrero
y marzo de ese 1969. La composición es un ejemplo perfecto de la
sincronía que el dúo tenía para trabajar en un tema; la
combinación perfecta de la guitarra de Richards y la voz de Jagger
se fundían en un combo perfecto con una letra desgarradora. Ambos
entendieron que todo el espítiru del disco estaba en esa canción
(casi todo el espíritu de una época) y decidieron que el nuevo
disco, cuando pudiera terminarse, debía abrir con ese tema.
Instalados en Los Ángeles,
los Stones decidieron regrabarlo. Al productor Jimmy Miller se
le ocurrió que la canción adquiriría más potencia si se le agregaba
una voz femenina que hiciera casi un dueto con Jagger. Todos
estuvieron de acuerdo de inmediato y la primera corista que
encontraron disponible a altas horas de la madrugada era Merry
Clayton. Dieron el blanco con el primer disparo. Clayton dudó en aceptar,
estaba durmiendo cuando la llamaron y para peor, estaba embarazada. Había comenzado en el mundo
de la industria musical a los 14 años, formando parte de numerosas
bandas, como corista o primera voz. Con poco más de 20 años el
canto era su manera de ganarse el pan de cada día. Terminó
aceptando y en el medio de la noche se dirigió al estudio de
grabación.
Las indicaciones fueron
breves y precisas. Merry debía ingresar en la segunda estrofa y
repetir la línea “Rape, murder, it's just a shot away”.
El oficio le hizo entender en forma rápida el clima de la canción y
con una voz desgarradora repitió una y otra vez la letra, con tanto
sentimiento y entrega, que en dos oportunidades su voz llegó a
quebrarse, debiendo regrabar la toma. Todos los presentes quedaron
impresionados, el aporte de la cantante resultaba clave para lo que
se intentaba transmitir. En la cinta original se puede escuchar
claramente como Jagger exclama en un par de oportunidades “guau”.
Estaba fascinado por la performance. Termina la faena del día, Merry
Clayton tomó sus cosas y se marchó. Días después perdió su
embarazo y la leyenda dice que fue a causa del esfuerzo realizado en
la grabación; ella lo negó siempre.
Editado en diciembre de ese
1969, Let it Bleed fue un suceso inmediato y Gimme Shelter
pasó a ser un infaltable hasta el día de hoy, más de 50 años
después, de cualquier presentación de los Rolling Stones. En los años
siguientes la cantante continuó siendo una trabajadora de la música,
participando de múltiples grabaciones. Incluso tuvo un pequeño
éxito solista con el simple Yes, incluido en el soundtrack
de la película Dirty Dancing (1987). Pero la voz desgarradora
de Merry Clayton permanecerá inmortal poniendo la piel de gallina
cada vez que se la escuche en esta grabación legendaria.
1 comentario:
That image is Cilla Black not Clare Torry.
Esa imagen no es Clare Torry, es Cilla Black.
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