domingo, 7 de junio de 2020

Clare Torry y Merry Clayton: voces femeninas eternas en grabaciones legendarias


De las múltiples grabaciones históricas del rock de todos los tiempos se pueden rescatar, entre otras, la participación de dos extraordinarias cantantes que contribuyeron a dejar en la leyenda a dos temas inmortales. Esta es la historia detras de las voces femeninas en The Great Gig in the Sky (del álbum The Dark Side of the moon, Pink Floyd, 1973) y Gimme Shelter (de álbum Let it Bleed, The Rolling Stones, 1969).

Clare Torry: La gran voz en el cielo

Recluidos en Abbey Road para la grabación de un álbum muy trabajado de tono conceptual, Pink Floyd creía tener en las manos la concreción de un proyecto soñado. Un disco de tintes épicos en medio de una gran experimentación sonora, en donde Roger Waters ya demostraba querer tomar el control total de la banda. Los tópicos que se proponían tocar en cada tema eran de un existencialismo brutal: la alineación, el dinero, el tiempo, el consumo, la locura. Y la muerte.
En el medio de la elaboración artesanal de cada tema y cada sonido, el tecladista Rick Wright venía trabajando en una muy sencilla pero emotiva sucesión de acordes que en un principio iba a contener numerosos pasajes hablados. Los textos elegidos tenían relación con temas bíblicos, pero el resultado no los terminaba de convencer. Al ingeniero de grabación Alan Parsons (que posteriormente tendría una gran carrera musical) se le ocurrió la idea de agregar una voz femenina sobre la pista. Recordó una chica con la que había trabajado hacía un tiempo, llamada Clare Torry, que formaba parte del staff de coristas contratadas por EMI para las grabaciones de sus artistas. Dueña de un gran caudal vocal, se dedicaba a la interpretación de covers y a su trabajo por encargo en la discográfica. El domingo 21 de Enero de ese 1973 fue citada por el mismo Parsons para que se presentara en el estudio 3 de Abbey Road para grabar un coro para Pink Floyd. Como si se tratara de una oficinista, Clare se presentó en punto en el estudio y pidió que le pagaran doble por grabar un domingo, en vez de las 15 libras acostumbradas quería cobrar 30. Tras calentar un poco la voz recibió las indicaciones antes de grabar. Le hicieron escuchar los acordes escritos y tocados por Wright y le pidieron que improvisara un canto la pista grabada. Debía pensar en la muerte, una muerte que se hiciera carne como algo personal. En primera instancia la cantante comenzó a balbucear algunas palabras, pero inmediatemente la corrigieron, querían que su canto sonara como un instrumento más, como si fuera una guitarra, que dejara de pensar como una vocalista. La cantante improvisó un canto desgarrado que iba in crescendo y que dejó a todos pasmados en el estudio. Hizo tres tomas, preguntó si les había gustado, tomó sus cosas y se fue. No había quedado muy conforme y se dijo para sí que seguramente el tema quedaría descartado. Roger Waters sugirió el nombre de The Great Gig in the Sky, que fue el que finalmente quedó.
Editado en marzo de ese mismo año, The Dark Side of the Moon fue un éxito inmediato y se transformó con el paso de los años en un clásico atemporal que vendió y sigue vendiendo millones de copias en todo el mundo. El nombre de la cantante ni siquiera figuraba en los créditos. Clare Torry no tomó conciencia de la relevancia de su grabación hasta años después. Su increíble improvisación erizaba la piel en cada escucha. Además el tema era utilizado en múltiples ocasiones para los más variados motivos o situaciones: reediciones, compilados, películas, comerciales, etc. Nunca vio una sola moneda por esa grabación inmortal. En 2004 se decidió a hacerle un juicio a Pink Floyd por la coautoría del tema, teniendo en cuenta que toda su participación fue de su exclusiva inventiva y forma parte indisoluble de la obra. Llegó a un arreglo extrajudicial que incluyó una compensación económica y la inclusión de su nombre como coautora en futuras reediciones. A lo largo de los años siguió trabajando como cantante de sesión en numeras grabaciones. Entre ellas pueden citarse los temas Don't Hold Back (The Alan Parsons Proyect, 1979), The war song (Culture Club, 1984) y Yellowstone Park (Tangerine Dream, 1985), entre muchos otros.


Merry Clayton: A un tiro de distancia

El año 1969 fue un año muy convulsionado para The Rolling Stones. Al enrarecido ambiente social (Guerra de Vietnam, protestas sociales, cambios culturales) se le sumaba la precaria estabilidad emocional de unos de sus fundadores, el guitarrista Brian Jones, que apenas podía mantenerse en pie abrumado por el consumo de drogas. A partir de febrero de ese año se dispusieron a grabar su octavo disco de estudio, pero las constantes ausencias del guitarrista y la búsqueda de un sonido más crudo y sucio hizo que el trabajo se extendiera hasta noviembre. En el medio Brian Jones, que tocó en apenas dos temas, sería reemplazo por Mick Taylor. Meses después el conflictuado guitarrista y miembro fundador de la banda aparecería muerto por sobredosis.
Jagger y Richards tenían una potente composición para el disco, Gimme Shelter, un descarnado tema en donde se hablaba de guerra, asesinato y violación, con los horrores de Vietman de fondo. El tema se grabó entre febrero y marzo de ese 1969. La composición es un ejemplo perfecto de la sincronía que el dúo tenía para trabajar en un tema; la combinación perfecta de la guitarra de Richards y la voz de Jagger se fundían en un combo perfecto con una letra desgarradora. Ambos entendieron que todo el espítiru del disco estaba en esa canción (casi todo el espíritu de una época) y decidieron que el nuevo disco, cuando pudiera terminarse, debía abrir con ese tema.
Instalados en Los Ángeles, los Stones decidieron regrabarlo. Al productor Jimmy Miller se le ocurrió que la canción adquiriría más potencia si se le agregaba una voz femenina que hiciera casi un dueto con Jagger. Todos estuvieron de acuerdo de inmediato y la primera corista que encontraron disponible a altas horas de la madrugada era Merry Clayton. Dieron el blanco con el primer disparo. Clayton dudó en aceptar, estaba durmiendo cuando la llamaron y para peor, estaba embarazada. Había comenzado en el mundo de la industria musical a los 14 años, formando parte de numerosas bandas, como corista o primera voz. Con poco más de 20 años el canto era su manera de ganarse el pan de cada día. Terminó aceptando y en el medio de la noche se dirigió al estudio de grabación.
Las indicaciones fueron breves y precisas. Merry debía ingresar en la segunda estrofa y repetir la línea “Rape, murder, it's just a shot away”. El oficio le hizo entender en forma rápida el clima de la canción y con una voz desgarradora repitió una y otra vez la letra, con tanto sentimiento y entrega, que en dos oportunidades su voz llegó a quebrarse, debiendo regrabar la toma. Todos los presentes quedaron impresionados, el aporte de la cantante resultaba clave para lo que se intentaba transmitir. En la cinta original se puede escuchar claramente como Jagger exclama en un par de oportunidades “guau”. Estaba fascinado por la performance. Termina la faena del día, Merry Clayton tomó sus cosas y se marchó. Días después perdió su embarazo y la leyenda dice que fue a causa del esfuerzo realizado en la grabación; ella lo negó siempre.
Editado en diciembre de ese 1969, Let it Bleed fue un suceso inmediato y Gimme Shelter pasó a ser un infaltable hasta el día de hoy, más de 50 años después, de cualquier presentación de los Rolling Stones. En los años siguientes la cantante continuó siendo una trabajadora de la música, participando de múltiples grabaciones. Incluso tuvo un pequeño éxito solista con el simple Yes, incluido en el soundtrack de la película Dirty Dancing (1987). Pero la voz desgarradora de Merry Clayton permanecerá inmortal poniendo la piel de gallina cada vez que se la escuche en esta grabación legendaria.

1 comentario:

Anónimo dijo...

That image is Cilla Black not Clare Torry.

Esa imagen no es Clare Torry, es Cilla Black.