I
Después de la edición de tres discos fundamentales e icónicos dentro del llamado rock sinfónico – The Yes Album (1971), Fragile (1971) y el extraordinario Close To The Edge (1972) – y la publicación del polémico, extenso y barroco álbum doble Tales From Topographic Oceans (1973), la longeva y todavía vigente banda británica Yes, sufrió la partida de unos de sus integrantes esenciales, nada menos que el tecladista Rick Wakeman, dedicado de lleno a una exitosa carrera solista. El lanzamiento del estupendo Relayer (1974), con la inclusión de Patrick Moraz en los teclados, no pudo opacar la ausencia del excéntrico músico que solía destacarse en el escenario con sus largas capas brillantes y su abundante cabellera rubia. El interregno entre su partida y su vuelta se extendió hasta 1977, cuando Yes vuelve a los estudios con un nuevo álbum y con su más famoso tecladista de nuevo en sus filas. Going For The One fue el disco con que la mítica banda progresiva volvía con pretensiones de ocupar el centro de la escena internacional. Grabado en la ciudad de Montreaux, Suiza, el quinteto se completaba con Jon Arderson (voz), Steve Howe (guitarra), Chris Squire (bajo) y Alan White (batería): un combo de grandes y virtuosos músicos.
Reunidos nuevamente en el estudio tras dos años y medio quedaba más que claro que el perfil de Patrick Moraz no encajaba muy bien en la dinámica del grupo. El mánager Brian Lane, apoyado por Chris Squire, tuvo la temeraria idea de hacer retornar a Wakeman, que no se había ido en buenos términos de la banda. Incluido en las grabaciones primero como sesionista y rápidamente integrado al proyecto, su aporte fue decisivo para el resultado final. El álbum parecía estar enfocado en composiciones más cortas y concretas. Going For The One, que abre el disco y le da su nombre, tiene un riff de guitarra muy rockero, lo que era una completa novedad dentro de la estética sonora de la banda. Turn Of The Century y sobre todo la estupenda Parallels, mostraban a los Yes renovados y vitales. En esta última mezclan sabiamente un riff de bajo sublime y de tono bluseado de Squire junto a los sonidos de un órgano de iglesia tocados por Wakeman y grabados en St. Martin's Church, ubicada en Vevey, Suiza. El tema iba a ser utilizado para abrir los conciertos de presentación del álbum. Sonaban grandiosos. El lado dos contenía a Wonderous Stories, un bello tema de corte pop escrito por Anderson y que sería el corte de difusión y cerraba con la increíble Awaken, que los devolvía al plano sinfónico con una larga suite a la que ellos mismo consideran como una sus mejores creaciones.
III
La portada del nuevo álbum también traía novedades estéticas. Encargaron el diseño al mítico colectivo de creadores Hipgnosis, alejándose de su legendaria sociedad con el dibujante Roger Dean, quien había diseñado casi todas las tapas de su álbumes anteriores además de su icónico logo. El arte de tapa de Going For The One contiene el retrato de un hombre desnudo visto de espaldas y de frente a una imagen imponente del edificio Century Plaza Towers de Los Angeles. Además tenía formato de tríptico con fotografías en la parte interna tomadas en Suiza durante la grabación y un sobre interno con las letras y la ficha técnica. En Argentina, cosa inusual, se respetó al arte original en una edición de lujo que nada tenía que envidiarle a la importada. Editado el 7 de julio de 1977, Going For The One significó el regreso de una de las formaciones más trascendentes de todo el rock progesivo, con composiones que iban desde un pop simple hasta una larga suite sinfónica. A Yes lo esperaban más adelante una larga gira presentación del disco, la edición de un nuevo disco al poco tiempo (Tormato, 1978) y una noticia inesperada y casi mortal: el adiós a la banda de Jon Anderson. Pero esa es otra larga historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario