sábado, 22 de mayo de 2021

Vinilo XXXIX - Slowhand - Eric Clapton (1977)


I

Eric Clapton es hoy en día una marca, un símbolo, una leyenda. Su nombre remite en forma inmediata a la guitarra, el instrumento que manejó con manos maestras por décadas, y a decenas de canciones en las que participó, transformadas en clásicos del rock y de la música popular de todos los tiempos. Hacia fines de los 60 varias pintadas en paredes de Londres afirmaban que “Clapton es Dios”. Sus fabulosas performances en bandas como los Yardbirds, los Bluesbreakers, The Cream o Blind Faith están todavía presentes para atestiguarlo. Clapton trató de huir rápidamente de esas luces y esos elogios que él creía desmedidos y comenzó una carrera solista que en principio tuvo muy bajo perfil. La cocaína y el consumo descontrolado de alcohol hicieron el resto; Slowhand, como se lo conocía, parecía querer autodestruirse. Sin embargo sus discos solistas fueron adquieriendo relieve y su prodigiosa técnica seguía llamando la atención. Con 461 Ocean Boulevard (1974) logró un gran éxito a ambos lados del Atlántico y con Slowhand (1977), el disco que nos ocupa, definitivamente se lo reconocía como lo que era: un Dios de la guitarra que a pesar de sus graves problemas de adicción podía conmover.

II

En todos los discos anteriores a Slowhand, Clapton parecía esconderse siempre detrás de grandes músicos invitados, algunos verdaderas estrellas. Su voz parecía no tener fuerza, se filtraba en tonos muy bajos tras los acordes de su mágica guitarra. Para su nuevo disco decidió cambiar y armar una banda estable, y en la última semana de mayo del 77 se recluyó en los estudios londinenses Olympic Sound Studios. Se tomó todo el tiempo del mundo, para desesperación de los productores, grabando y regrabando lentamente cada acorde. El resultado es atrapante y varias de los temas del disco se transformaron en clásicos. El disco abre con Cocaine, convertido con los años en un himno generacional y que motivo algunas controversias. Fue visto por algunos como un canto a la droga e incluso fue censurada en varios países, entre ellos Argentina. Clapton se enfureció con la situación y trató siempre por todos los medios de demostrar lo contrario hasta cambiando algunas líneas de la letra. Como suele suceder, todas esas prohibiciones sólo sirvieron para transformar a Cocaine en un clásico inmortal. La bellísima Wonderful tonight, inspirada en Pattie, la ex de George Harrison, en ese momento en pareja con Clapton, es otra gema atemporal del disco. El disco tiene además blues y country (Mean and Frisco, Lay down Sally) y algunos covers de músicos admirados por el guitarrista, como Don Williams y J. J. Cale.

III

El título del disco proviene, obviamente, del sobrenombre de Clapton. Era llamado Slowhand (Mano lenta) no por tocar lento, sino por lo que demoraban sus grabaciones. A la compañía grabadora la idea le encantó y en EEUU pegó fuerte ya que se los asociaba a la música country y al Oeste. La fotografía de tapa, sobre un fondo blanco, que mostraba el torso del músico con su guitarra, fue de idea del propio Clapton y su mujer Pattie y es una de las portadas más icónicas de la historia del rock. A partir de este disco la carrera solista, con algunos altibajos, se mantuvo estable y exitosa. Sus conciertos, apoyados en una banda estable que le daba más seguridad, le dieron más solidez a su música. Su voz también empezó a tener más presencia y sus brillantes solos y punteos no dejaban de maravillar. Algunos de los discos siguientes refuerzan la afirmación: Just One Night (1980), Money and cigarettes (1983), Behind the Sun (1985, producido por Phil Collins), Journeyman (1989), son algunos de ellos. Volvamos a las primera líneas de esta nota: cuando hablamos de Eric Clapton hablamos sobre una marca, un símbolo, una leyenda.


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