Para 1980 Phil Collins se hallaba en un momento crítico personal y profesional. Su matrimonio se había desintegrado producto de elegir la vida itinerante de músico como prioridad y su banda Genesis, como todo el rock progresivo, se encontraba prematuramente en riego de extinción tras la explosión de las bandas new wave y el punk. En ese contexto, el genial baterista se encierra en un estudio casero de grabación montado en su casa y se decide a componer y grabar en forma artesanal un puñado de canciones de confección propia. Algunas de ellas (Misunderstanding, Please don´t ask) fueron a parar a Duke, el disco con el que Genesis despide a los ´70. El resto empezó a formar parte de algo a lo que Collins se empieza a animar a transformar en su primer disco solista.
Para ello entrega los demos a Hugh Padgham, productor estrella de los ´80, a quien había conocido grabando el tema Intruder para Peter Gabriel. Padgham logró en ese disco un sonido increíble en la batería que voló la cabeza de Phil Collins: el famoso sonido "bombástico" que luego haría que el productor recalara en Genesis para la grabación de Abacab, reformulando a la banda de cara a la nueva década. Pero esa es otra historia a la que volveremos en otro momento.
Mientras Collins se encierra con sus compañeros de ruta a grabar un nuevo disco de Genesis, Abacab, Face Value explotaba en los charts de venta de discos, transformando a su autor en una nueva estrella solista de la industria discográfica. El tema que lo había cambiado todo era In the air tonight. ¿Qué nos cuenta esta increíble canción intimista, casi mística, tan personal y conmovedora? Que cada uno lo sienta al escucharla. Todo el desarrollo tiene un clima irrepetible, envolvente, hasta que de pronto la entrada de la batería hace que ese vuelo musical y poético nos transporte. In the air tonight es una verdadera construcción de orfebre, una gema musical inigualable y el legado musical más profundo que Collins regalara en todo su carrera solista. Face Value es un disco para volver a escuchar cada vez que tengamos el alma sensible y los sentimiento a flor de piel.