El primer tema que recuerdo haber escuchado de Genesis fue Home by the sea.
En pleno comienzo de la adolescencia escuchar ese sonido, esos teclados, esa batería, me convirtió en fan incondicional.
El tiempo, que se escapaba como agua entre las manos, me llevó a recorrer toda su discografía.
Si el rock sinfónico tuvo alguna vez razón de ser, la tuvo en Genesis.
Algunos de sus discos (Selling England by the pound, The lamb, Second Out, Abacab, etc.) son la banda de sonido de muchos momentos de mi vida.
En los ochenta y los noventa se la criticó, denigró e ignoró por demasiado inglesa, demasiado blanca, demasiado millonaria. Yo aún la reverenciaba. Como hoy.
Enterarme que vuelve a tocar luego de tantos años ha logrado emocionarme.
Como cada vez que la escucho.
Como muestra escuchen esto (Houston 1978).
