Después de
la celebradísima y exitosa edición de su primer disco solista Yendo de la cama al living (sobre el ya escribiéramos en este blog; ver aquí), Charly García
emprendió a comienzos del 83 un viaje a Nueva York con el propósito de comprar
nuevos instrumentos y ver de cerca la movida musical de la gran ciudad. Enseguida
se sintió más que a gusto con su gente y sus músicos. Un nuevo mundo artístico
de abría a su sensibilísima antena de artista popular. Reencontrando nuevamente
a Pedro Aznar, que tocando en la banda de Pat
Metheny hacía meses vivía en Estados Unidos, García se hizo de
varios instrumentos y empezó a componer canciones que daban cuenta del estado
de ánimo exultante que tenía en esta experiencia de viajero inquieto. El
talento creativo de Charly no sólo estaba secundado por la prodigiosa técnica
de Aznar, una nueva compañera lo asistía en el proceso creativo, una compañera
que le haría cambiar la manera de componer y pondría patas para arriba su
sentido del ritmo en relación con la melodía: la batería electrónica Yamaha TR808.
Último
chiche tecnológico del primer mundo musical, la TR808, obligaba a Charly a
componer supeditando la melodía o los sonidos al ritmo machacoso de la electrónica.
Un nuevo mundo se abría en la prolífica y genial composición y las canciones,
nuevas, contundentes, emotivas, salían unas tras otras para crear algo nuevo
que revolucionaria el sonido de una década. El gran músico popular argentino se
juega el resto, gastando casi todo su dinero en alquilar horas de grabación en el histórico
estudio de grabación Electric Lady
(ahí grabaron entre otros Jimi Hendrix
y The Clash) y contratando al productor
más caro disponible, Joe Blaney, que
sería fundamental en la grabación y que luego produciría otros discos clásicos
de músicos argentinos, como Alta suciedad
de Andrés Calamaro, por ejemplo. Charly se propuso grabar en el estudio con un batero de carne y hueso, pero como nada lo
conformaba, y luego de muchas horas de sesiones desperdiciadas, se
decidió por respetar las bases grabadas de la batería electrónica y sobre ellas
realizar una de los registros fundamentales del rock nacional.