Con dos
exitosas presentaciones en el Teatro Coliseo los días 17 y 18 de junio, Genetics
volvió a los escenarios tras la trágica muerte de su frontman Nacho Rodríguez
Genta, estrenando nuevo cantante y con la participación estelar del miembro
original de Genesis Steve Hackett. Emoción y magia para recrear como nadie las
gemas de la música eterna del legendario grupo inglés.
Quizás los
momentos más oscuros nos lleven a otros momentos luminosos y mágicos. Algo de
eso deben haber pensado los miembros de Genetics
cuando se vieron y escucharon en el familiar escenario del Coliseo acompañados
nada más y nada menos que por el legendario Steve
Hackett, miembro original del Genesis
de los dorados años 70. Si ya habíamos destacado la notable performance de Genetics tocando en forma inigualable
esos clásicos eternos, hacerlo junto al guitarrista original, coautor e
intérprete de muchas de esas páginas, fue un logro artístico mayúsculo. A las
cualidades remarcadas del grupo se le sumó el arte, la entrega y la generosidad
escénica y artística de un prócer de la guitarra en dos noches mágicas y
eternas. Con una escenografía austera, una iluminación exacta y precisas
proyecciones que acompañaron las canciones, lograron el clima exacto para la
celebración y el homenaje.
Tomás Price, nuevo frontman de Genetics |
Una de las
incógnitas de la noche estuvo en saber quién y cómo reemplazaría a Nacho Rodríguez Genta en la voz
principal. Tomás Price fue una grata sorpresa; quizás ayudado en que todas
las miradas estaban puestas en Hackett, el debutante cantó admirablemente. No
tiene la presencia escénica del ausente homenajeado, pero descolló en cada una
de sus intervenciones: un verdadero hallazgo. El resto de la banda impecable
como siempre. Daniel Rawsi en
batería, Claudio Laface en bajo y
guitarra, Horacio Pozzo en teclados y
Leo Fernández en guitarra son Genesis. Uno cierra los ojos y resulta
muy difícil no pensar que está escuchando a la vaca sagrada del rock sinfónico,
a la banda más imaginativa, potente, dramática, operística y genial de toda la
música progresiva de cualquier lugar y época. Si a eso le sumamos la presencia majestuosa
del guitarrista original que tocó en esas grabaciones eternas, sabemos que el
banquete estaba servido. Steve Hackett se comportó como un sabio generoso: tocó
como nadie lo que tenía que tocar e hizo participar a Leo Fernández en
proporciones casi iguales a las de él. El resultado fue magia en estado puro.
El gran Steve Hackett |
El arranque
fue con Dance on a volcano, primer
tema del primer disco post Peter Gabriel; escuchar esos primeros acordes de
Hackett erizó la piel. No fue la única vez: Dancing
with the Moonlit night, The fountain
of Salmacis y Firth of fifth fueron
puntos altísimos, casi insuperables. El guitarrista inglés tocó con pasión y en
forma inmejorable cada nota. Verdadero maestro de la guitarra, estudioso por
años del instrumento y todas sus variantes, dueño de una generosa discografía
solista, Steve Hackett no necesita excesivos yeites para deslumbrar ni sumar
notas en breves tiempos para demostrar destrezas. Su manera de tocar hace
alargar y profundizar el sentimiento de cada nota y cada acorde. Los
magistrales y emocionantes solos ejecutados al final de The Lamia y la suprema obra maestra Supper’s Ready (que Genetics tocó íntegramente en su más de 20
minutos en gran forma) fueron demostraciones de que Hackett puede hacer que un
instrumento nos hable, nos transporte, nos penetre. El maestro tuvo además un
set acústico en guitarra española que desembocó en la genial Horizons, primer y breve track del lado B de Foxtrot, su segundo disco en Genesis.
Los
extraordinarios bises con Watcher of the
skies y la imperecedera The musical
box cerraron una mágica noche de música y emociones. Los Genetics, renaciendo desde el dolor de
la pérdida de su amigo y carismático
frontman, se encontraron nuevamente con su público, con el talento sabio y
generoso de Hackett, con la obra monumental de Genesis, con la certeza de que son bastante más que una banda
tributo. Son una forma de arte casi renacentista, que con preciosismo y pasión,
reviven una obra eterna. Salud Genetics,
el milagro ha sido hecho y hemos podido escucharlo y verlo: Genesis no morirá jamás.
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