martes, 3 de mayo de 2011

Vinilo IV - Trespass


Todo coleccionista que se precie de tal debe tener sus propio o, todavía mejor, sus propios incunables. Umberto Eco en "Nadie acabará con los libros" define a incunable como todo libro publicado entre la revolucionaria invención de Gütenberg y el año 1500. Posteriormente la definición vulgarmente se aplicó a cualquier pieza rara, sea cual sea el motivo, de cualquier colección. Pues bien, mi colección de vinilos tiene su primer incunable: la primera edición (inglesa, circa 1971) de Trespass, segundo álbum de Genesis, banda de la que soy fan acérrimo.
Todavía adolescentes, los primeros Genesis graban su primer disco, presionados por el productor que les consigue el contrato, imitando todo lo que podían a los Bee Gees. Ese primer disco editado en el '69 -"From Genesis to revelation"- desaparece entre la indiferencia y el pronto olvido.


Nuestros chicos no se amilanan. Conducidos por la férrea voluntad de Peter Gabriel, que siempre se creyó un artista, y decididos a tocar lo que realmente les interesaba, escriben, componen y ensayan hasta el cansancio un puñado de canciones extensas, elaboradas y pretenciosas que llevan finalmente al estudio de grabación. La banda integrada por Peter Gabriel, Tony Banks, Mike Rutherford, Antonhy Phillips y John Mayhew, incursionan en el rock progresivo inglés con temas y formas musicales comunes a muchas bandas de la época. Guitarras de 12 cuerdas, armonías vocales, flautas, melotrón, Hammond, la voz conmovedora de Gabriel: un cóctel encantador que se muestra en bellas canciones como White Mountain, Looking for someone o Dusk. La cumbre de este estilo quizá sea la canción Stagnation, que posee un clima extraordinario con base en esa dos columnas del Genesis originario: la bellísima voz de Peter Gabriel (única, original, emotiva) y un solo extraordinario de órgano de Tony Banks.


La genialidad de este disco está en su tema final. The Knife rompe el clima bucólico del disco con una letra contestataria y un actitud feroz de todo el grupo, en algo que se podría definir como "jóvenes universitarios ingleses con ínfulas de artistas se atreven a la denuncia con una actitud salvaje". No había aquí riffs de guitarras, sólo la extraordinaria performance de Gabriel, un bajo agresivo de Rutherford y Banks machacando el órgano; incluso hay un solo de guitarra salvaje de Phillips. No era su estilo; a pesar del dolor que sintieron sus ex compañeros y amigos deja al grupo acorralado por un miedo escénico que le impedía tocar en vivo. En otro momento volveremos sobre la carrera solista de Phillips que continuó casi sin variantes la temática de ese Genesis original. En The Knike estaba la verdadera Trespass (transgresión). 
Meses después ingresarían al grupo Phil Collins y Steve Hackett, que aportarían otro vuelo artístico y llevarían al grupo a convertirse en una banda de culto. Pero esa es otra historia. Estos bucólicos y jóvenes Genesis empezaban a escribir un brillante historia.

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